SUE - las mujeres duermen mejor solas que acompañadas.


Un estudio de la universidad de Viena ha revelado que las mujeres duermen mejor solas que acompañadas y que, por el contrario, los hombres descansan más profundamente junto a una compañera. Estas diferencias se deben, por un lado, a la gran sensibilidad de la mujer a los movimientos de su pareja durante la noche, que condiciona el descanso profundo, mientras que el hombre asimila la presencia de su compañera a la de la seguridad de dormir en grupo, que procede de costumbres ancestrales, aún presentes en nuestro psiquismo.
Un estudio realizado por investigadores de la universidad de Viena ha puesto de relieve que las mujeres duermen mejor solas que acompañadas por una pareja masculina y que, por el contrario, los hombres disfrutan de un sueño más tranquilo y reparador si duermen con una mujer.
La investigación de los científicos John Dittami, del departamento de zoología, y Gerhard Klösch y Josef Zeithofer, de la clínica médica y neurológica de dicha universidad, fue llevada a cabo con un total de diez parejas heterosexuales cuyos sueños fueron registrados entre noviembre de 2005 y julio de 2006, publica la universidad en un comunicado.
Durante ese periodo de tiempo, se registraron parámetros biológicos de los miembros de todas las parejas durante el sueño, a través de sensores que se colocaron en sus muñecas con los que se midieron los ritmos del sueño. Las parejas estaban formadas por individuos jóvenes (de entre 21 y 31 años), no tenían hijos y no estaban casadas.
El estudio analizó tanto la percepción subjetiva de los participantes sobre su manera de dormir, así como la calidad objetiva del sueño, proporcionada por datos de medición. En la mayoría de los casos la información proporcionada por dicho medidor coincidió con la propia impresión de las mujeres.
En total fueron observadas durante 249 noches, de las que 123 durmieron por separado, y en 63 de ellas mantuvieron relaciones sexuales. Los investigadores constataron asimismo que el sexo ayudaba a descansar mejor a ambos. Los científicos sugieren que las diferencias en la calidad del descanso de ambos sexos cuando éstos comparten el mismo lecho se deben, por un lado, a la gran sensibilidad de la mujer a los movimientos de su pareja durante la noche (sensibilidad vinculada a la relación mujer-hijo), que condiciona el descanso profundo. El hombre, por su parte, asimila la presencia de su compañera a la de la seguridad de dormir en grupo, que procede de costumbres ancestrales, aún presentes en nuestro psiquismo, por lo que descansa mejor si está acompañado. El estudio ha puesto de manifiesto que las mujeres duermen de forma diferente a los hombres debido a que su reloj biológico funciona de manera distinta. En el caso de los hombrees, al dormir con su pareja se produjo una mejoría tanto objetiva como subjetiva en la calidad del sueño, en comparación con las noches en que durmieron solos.

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