SUE - TENER SEXO CON UN ROBOT NO SE CONSIDERA UNA INFIDELIDAD


¿Cuenta como infidelidad tener sexo con un robot? -Un estudio muestra que la mayoría de las personas no juzgan la prostitución del mismo modo si el trabajo  sexual lo hace un robot. En 2017, la empresa californiana RealDoll presentó Harmony, el primer robot sexual con inteligencia artificial. A día de hoy RealDoll ya tiene a la venta en su web tres robots sexuales más. Las muñecas se pueden comprar por unos 8.000 dólares y todas son capaces de formar expresiones faciales, mover la cabeza y mantener una conversación. Puedes pensar en Alexa, pero con un cuerpo de silicona.


Dos años más tarde, en 2019, se abría una campaña de crowdfunding (sin éxito) para poder financiar el proyecto Eve’s Robot Dreams, el primer burdel de robots, en el que Harmony estaría dentro de la oferta. Unos investigadores de la Universidad de Helsinki han analizado la opinión que la sociedad tendría sobre los consumidores de prostitución si los servicios en los burdeles los ofrecieran robots en lugar de personas. Un total de 261 finlandeses de entre 18 y 75 años tomaron parte en el estudio. Los investigadores escribieron ocho historias diferentes y las repartieron al azar entre los participantes. La base de todas esas historia era la misma, un personaje principal acude a un burdel.

Pero cada una de las ocho historias tenía matices diferentes. En algunas, por ejemplo, el personaje principal estaba casado, en otras soltero, en otras era un hombre y en otras una mujer. Dependiendo de la historia, en algunas el burdel era de robots y en otra de seres humanos.

Después de exponerles la historia, los participantes tuvieron que responder preguntas sobre qué les parecía. La mayoría de los participantes vio con mejores ojos a las personas que acudían al burdel de robots sexuales en comparación con las que acudían al burdel de personas. La mayoría de los participantes no estaban seguros de considerar las relaciones sexuales con robots como una infidelidad

El grupo que fue más duramente juzgado por los participantes fueron las personas casadas que acudían a burdeles de trabajadoras sexuales humanas. En cambio, los que menos desaprobación generaron fueron los solteros que acudían a burdeles de robots sexuales. El sexo biológico o el género de la persona principal de la historia no pareció importar a la hora de juzgar sus acciones. Los investigadores indican que esto puede deberse a que la edad de los participantes (todos finlandeses) era relativamente baja, por lo que son personas que se han criado en uno de los países más liberales y con más igualdad de género del mundo. Según los investigadores, sería interesante replicar este estudio en otras culturas.

Los investigadores también puntualizan que, de acuerdo con investigaciones anteriores, la condena moral a la práctica de la prostitución con personas podría estar relacionada con el nivel de repugnancia hacia los patógenos. Las personas relacionan los robots con la pulcritud y la prostitución humana con enfermedades. Esta puede ser una de las razones que explique por qué condenan menos consumir prostitución con robots sexuales.




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