Un estudio del grupo de expertos de vida activa y obesidad del Hospital de Niños de Ontario publica un ainvestigación que asegura que se puede beber sin ganar peso.
Hay muchos estudios que ponen en relación el consumo del alcohol con la obesidad o el aumento de peso. Una investigación realizada por un grupo de expertos canadienses en el 2015 demuestra que no tiene por qué ser así, ya que depende en gran medida de las características personales de cada uno y del estilo de vida que se lleva. Por lo tanto, desmiente que la ingesta de sustancias alcohólicas comporten siempre un aumento de peso.
Gregory Traversy y Jean-Philippe Chaput, del grupo de Invesitigación de Vida Activa y Obesidad del Hospital de Niños de Ontario, en Ottawa, han evaluado la relación entre la ingesta de alcohol y el índice de masa corporal de grandes grupos de personas en un momento determinado de tiempo. La conclusión de esta observación es que el consumo de alcohol no está asociado con el peso de los hombres ni de las mujeres, llegando incluso a observar que el peso corporal de las que beben alcohol es inferior al de las no bebedoras.
POCAS COINCIDENCIAS ENTRE ALCOHOL Y OBESIDAD
Por otro lado, también se estudiaron grupos de individuos durante largos periodos de tiempo. La conclusión ha sido que tampoco existe una coincidencia clara entre tomar alcohol y el aumento de peso. En varios casos no se encontró ningún tipo de relación o relación negativa entre alcohol y peso. Aunque en otros casos aislados sí que hubo alguna coincidencia entre hombres bebedores, especialmente de cerveza, y obesidad.
MÁS PELIGRO PARA LOS BEBEDORES HABITUALES
Estudios recientes demuestran que los bebedores muy habituales se arriesgan a ganar peso, pero que la ingesta de alcohol moderada no está asociada ni con el peso ni con cambios en la zona de la cintura. Los estudios que el Dr. Chaput define como más confiables son experimentos que se hicieron de manera controlada, en la que personas aleatorias consumían determinadas cantidades de alcohol bajo supervisión. En esos casos se ha demostrado que beber dos vasos de vino tinto con una cena diaria durante seis semanas no influye en la obesidad o el aumento de peso, ni produce cambios en comparación con alguien que tome la misma cena y haga la misma cantidad de ejercicio, pero no consuma las dos copas de vino.
MUJERES SEDENTARIAS CON SOBREPESO
Del mismo modo, tampoco se produjeron cambios significativos en el peso de 20 mujeres sedentarias con sobrepeso después de 10 semanas consumiendo un vaso de vino cinco veces por semana. Aun así, los periodos experimentales fueron cortos, y si se tratara de 5 años o más, un pequeño aumento de peso podría llegar a comportar un montón de kilos más, a no ser que se redujera la ingesta de alimentos o se aumentara la actividad física.
COMPENSAR LA INGESTA DE ALCOHOL
Las calorías del alcohol se utilizan como combustible, así que el cuerpo prescinde de otras fuentes de calorías. Esto implica que las personas que beben deben comer menos o hacer más ejercicio para mantenerse en su peso. Pero se puede evitar ganar peso y grasa corporal a pesar de beber bastante si se tiene un dieta saludable y se hace ejercicio.
DIFERENTES FACTORES
Además, hay muchos factores que intervienen en el aumento de peso, no solo lo que se bebe o lo que se come. También es importante tener en cuenta la genética de cada uno, la tendencia a compensar las calorías adicionales que se consumen, o si se bebe vino, cerveza o bebidas destiladas. Sumado a esto, el alcohol tiene un efecto de desinhibición, que puede provocar menos autocontrol a la hora de comer.
NO HAY UNA REGLA GENERAL
Por lo tanto, lo importante es ser consciente de que cada uno es diferente y no a todos les tiene por qué provocar un aumento de peso la ingesta de bebidas alcohólicas, porque todo depende de las características individuales de cada uno. Lo esencial es el autocontrol y estar al tanto de cuánto se come, cuánto se bebe y cuánto afecta esto al cuerpo de cada uno.
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