SUE - EL UNIVERSO ACABARIA ANTES DE QUE UN MONO TECLEARA A SHAKESPEARE


Hace nada más y nada menos que once años que hablaba por primera vez del Teorema de los infinitos monos en La piedra de Sísifo. Según este teorema, planteado en 1913 por Émil Borel, con un antecedente en Jonathan Swift, un mono pulsando teclas al azar durante un tiempo infinito sería capaz de escribir las obras completas de Shakespeare (en otra versión menos ambiciosa serían capaces de redactar El paraíso perdido de Milton).

Ahora dos matemáticos australianos se han decidido a comprobar la veracidad de esta teoría y han concluido que incluso aunque a todos los chimpancés del mundo se les diera tanta vida como al propio universo, jamás lograrían escribir las obras de Shakespeare. Los cálculos se basaron en el presupuesto de que un mono pasara unos treinta años pulsando una tecla por segundo en un teclado con treinta teclas (las letras del idioma inglés más algunos signos de puntuación comunes). Pues bien, el tiempo que le llevaría a un mono escribir de esta forma una sola obra de Shakespeare sería mayor que la vida de nuestro universo, suponiendo que esta se producirían en un gúgol de años, es decir, un uno seguido de cien ceros. Se dejaron de lado otras consideraciones, como qué comerían los monos o cómo sobrevivirían a la destrucción de la Tierra, algo que ocurriría en unos pocos miles de millones de años.

De hecho, según el estudio, publicado en la revista Franklin Open, solo habría un 5% de posibilidades de que un solo mono escribiera al azar la palabra «bananas» a lo largo de su vida. Esto, teniendo en cuenta que las obras de Shakespeare incluyen 884.647 palabras y que son un vocabulario bastante complejo, da una idea de lo imposible del teorema.

Los matemáticos australianos recurrieron a los chimpancés, el pariente más cercano de los seres humanos, para su análisis. Teniendo en cuenta que hubiera unos 200.000 chimpancés en la Tierra y que su población lograra mantenerse estable hasta el fin de los tiempos, seguiría siendo imposible. Incluso añadieron variables que facilitarían la labor, como que se pudiera enseñar a los chimpancés a escribir mucho más rápido.

No es la primera vez que se trata de demostrar la falsedad de este experimento mental, que trata de argumentar que con una cantidad infinita (o casi infinita) de tiempo puede suceder algo increíblemente improbable. En un experimento anterior se puso a seis monos macacos ante un ordenador durante cuatro semanas y el resultado fue que escribieron solo cinco páginas de texto, llenas principalmente con la letra S.

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