EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD EXISTE, SEGÚN UN ESTUDIO


Tener especial ilusión por poner el arbol, los adornos navideños, las luces, comprar turrón o elegir los regalos de Reyes viene de serie. Así lo refleja un estudio publicado esta semana en la edición navideña del British Medical Journal (BMJ) elaborado por médicos del Hospital Rigshospitalet, de la Universidad de Copenhage (Dinamarca) que ha logrado localizar ese sentimiento de alegría y nostalgia que embriagan a muchos en estas fechas en el cerebro.

Las deficiencias en el espíritu de la Navidad responden al «síndrome de embaucamiento del bah»
Los autores del estudio estiman que «millones de personas son propensas a mostrar deficiencias en el espíritu de la Navidad», y se refieren a esto como el síndrome de «embaucamiento del bah».

«La localización exacta del espíritu de la Navidad es un primer paso fundamental para ser capaz de ayudar a este grupo de pacientes», aseguran los investigadores, y pueden avanzar en «la comprensión de la función del cerebro en las tradiciones culturales festivas», aclaran.

Para llegar a esta conclusión los investigadores emplearon imágenes de resonancia magnética funcional para medir los cambios en la oxigenación de la sangre y el flujo que se producía en respuesta a la actividad neuronal de diez personas que celebraban la Navidad frente a otras diez que no lo hacían. Todos los participantes estaban sanos y no consumieron ninguna sustancia embriagadora antes de las exploraciones y a cada uno se le realizó un escáner mientras veían 84 imágenes de temas navideños con gafas de vídeo durante dos segundos.

Después de la evaluación, todos los participantes llenaron un cuestionario y los resultados mostraron que los diez participantes que fueron asignados al «grupo de la Navidad», tenían asociaciones positivas, y que los otros diez restantes tenían sentimientos neutrales hacia esta festividad.

Al analizar las diferencias en los mapas de activación cerebral comprobaron que se activaron en el grupo afín a la Navidad cinco áreas cerebrales entre las que están: el motor izquierdo primario y la corteza premotora, el lóbulo parietal derecho inferior y superior y la corteza somatosensorial primaria bilateral.

Estas áreas cerebrales se han asociado con la espiritualidad, los sentidos somáticos y el reconocimiento de emociones faciales entre otras muchas funciones. Por ejemplo, se ha demostrado que los lóbulos parietales izquierdo y derecho desempeñan un papel en la autotrascendencia, el rasgo de la personalidad en relación con la predisposición a la espiritualidad.

Además, la corteza premotora frontal es importante para experimentar emociones compartidas con los demás mediante la duplicación o la copia de su estado corporal y las neuronas espejo del cortex premotor incluso responden a la observación de las acciones de ingestión por la boca.

Sin embargo, y aunque los resultados arrojan resultados muy interesantes, los autores aseguran que algo tan mágico como es el espíritu navideño no puede limitarse a una explicación científica sobre la actividad cerebral.

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